Alimentación en verano

El verano suele ser una de las épocas del año más esperadas. Viajes, más tiempo libre, disfrutar más tiempo con amigos, días interminables en la playa, excursiones, cenas tardías… El ritmo de vida baja y también las rutinas sufren modificaciones. Estas no solo aplicadas a los planes o cosas por hacer, si no, también, en lo relacionado a la alimentación. Además de nuestras rutinas de vida, las alimentarias también cambian: comemos más en la calle, tomamos más refrescos, fritos, helados…

Contenidos

1 ¿Cuáles son los principales problemas de una alimentación desordenada?
2 Recomendaciones para una buena alimentación en verano
3 Otros enlaces de interés del Instituto de Hipnosis y Psicología
4 Fuentes. Bibliografía y webgrafia.

¿Cuáles son los principales problemas de una alimentación desordenada?

Una de las consecuencias que podemos sufrir a causa de una alimentación desordenada es la deshidratación. El calor de la época estival provoca que sudemos más, además, en esta época aumentamos la ingesta de refrescos, cerveza, cócteles… bebidas que no benefician a una buena hidratación.

Ir a la playa y tomar el sol, también puede contribuir a que la deshidratación se produzca con más fuerza, por lo que se ha de priorizar el consumo de agua en estas situaciones.

Otras de las consecuencias de una alimentación desequilibrada, propia de la época estival, es que se produzca un aumento del cansancio y la pesadez.

Nuestro cuerpo, en verano, tiene menos gasto calórico, por lo que la ingesta de alimentos con alto contenido en grasa no es tan necesaria como en otras épocas del año.

Todos estos hábitos de consumo tienen como consecuencia, también, una mala cobertura de los nutrientes que necesita nuestro organismo, por lo que la energía puede encontrarse más baja de lo habitual.

Recomendaciones para una buena alimentación en verano

Una alimentación equilibrada en verano es posible, simplemente hay que tener presente algunas recomendaciones básicas para poderla llevar a cabo:

Tomar mucha fruta y verdura: el verano tiene muchas cosas buenas y, entre ellas, está la cantidad de frutas y verduras de temporada que se puede ingerir. Hay para todos los gustos y de todos los colores: pomelo, sandía, tomates, melón, papaya, pepino, melocotones, pimientos… Estos alimentos tienen un alto porcentaje de agua, por lo que ayudan a mantener el organismo hidratado, y también te ayudan a aliviar el calor; además de aportar nutrientes necesarios para el organismo.

Hidratación: una buena hidratación es fundamental para mantener al cuerpo con energía. Además, con el calor el organismo suda más y pierde más agua, por lo que es necesario ingerir agua y alimentos que ayuden a su hidratación.

Otra opción interesante a tener en cuenta para hidratar nuestro cuerpo son los zumos de frutas naturales, ya que proporcionan todos los nutrientes necesarios de la fruta y ayudan a mantener una buena hidratación.

Evitar alimentos procesados: este tipo de alimentos pueden consumirse más frecuentemente en verano, ya que se celebran más barbacoas, se come más en la calle, y las reuniones con amigos son más habituales. Es importante que las hamburguesas, los fritos, los perritos, etc., estén más limitados en la alimentación ya que no aportan apenas nutrientes, y muchos componentes son perjudiciales para la salud.

Reduce el consumo de helados: aunque el verano es la temporada estrella para consumir este tipo de productos, ha de tenerse en cuenta que contienen grandes cantidades de azúcares y grasas, por lo que es recomendable no abusar de su consumo. Como alternativa a los helados industriales, está la opción de elaborarlos en casa, con fruta.

Cuidar las porciones: es importante que las porciones sean ligeras y de fácil digestión, así la energía e hidratación aumentará.

Cuidar la alimentación en verano es importante para, además de sentir más energía, surtir a nuestros cuerpos de los nutrientes necesarios y mantenerlo hidratado para que paliar el envite de las altas temperaturas. El consumo de frutas y verdura de temporadas, pescados azules, evitar las grasas y las salsas grasientas, así como priorizar la ingesta de agua sobre bebidas azucaradas o alcoholes, son las recomendaciones básicas a tener en cuenta para mantener una alimentación saludable en verano.