Reencuentros en Navidad

En los próximos días muchas personas se preparan para volver a tener reencuentros en una de las celebraciones más importantes del año: La Navidad. Tras los peores momentos de la pandemia con periodos de confinamiento, restricciones y aislamiento, desde hace algunos meses hemos podido ir retomando actividades sociales y contactos con relativa normalidad, siempre recordando mantener las precauciones necesarias frente a un enemigo que no termina de marcharse. 

Como ya es sabido, el coste del aislamiento social para nuestra salud mental ha sido muy elevado, con un aumento en los trastornos emocionales como fobia, ansiedad, depresión, irritabilidad, angustia, sintomatología relacionada con el síndrome de estrés postraumático y agotamiento emocional. Por otro lado, también el miedo (al contagio, a la muerte, a la soledad, a las repercusiones económicas…) ha generado otros problemas añadidos, como sintomatología obsesiva (lavarse las manos, el aseo frecuente de objetos), insomnio o el incremento del uso de sustancias, especialmente el alcohol. 

Además de la ayuda especializada que sea precisa, necesitamos reencontrarnos. Recuperarnos de todo eso. Este tiempo nos ha facilitado tomar conciencia de la importancia del contacto con el otro. La tecnología ha ayudado a paliar el aislamiento, el sentimiento de soledad, pero los rostros en 2D no han logrado suplantar el encanto de la presencia, del contacto, del abrazo, y las risas con sonido envolvente.

Del “Salvar la Navidad” en 2020 a “Con la familia y sin mascarillas” este año. En estas fiestas muchas personas pueden volver a viajar y reunirse con sus seres queridos con mayor libertad. Se recuperan actividades como mercados navideños, reuniones, eventos y Cabalgatas de Reyes. 

Pareciera que todo vuelve a ser como antes, pero no es así. Estas fiestas serán diferentes. La publicidad nos alentaba también a “Distanciarnos, para volver a acercarnos. Separarnos para volver a estar juntos. Estar ausentes para volver a estar presentes. Estar lejos, para volver a estar más cerca…”. Hemos cambiado o, al menos, hemos tenido la oportunidad de aprender algo sobre lo verdaderamente esencial para nosotros: la compañía de los nuestros. 

Hay personas que habrán perdido un ser querido (o a más de uno), que habrán perdido un trabajo o un proyecto, personas que están transitando una pérdida, un duelo, del tipo que sea. Pero siempre único. Sentirnos acompañados en las pérdidas es esencial para seguir adelante. Darse permiso para sentir, expresar, y hacer lo que se necesita en cada momento. Acompañarnos, cuidarnos y cuidar al otro estando cerca, compartiendo. Necesitamos acompañarnos y sostenernos, necesitamos también alegrarnos recordando juntos lo vivido, y animarnos para continuar.  

En este tiempo hemos tomado conciencia de nuestra necesidad de contacto. Somos seres sociales, compartimos vínculos, y para ello necesitamos una comunicación con los nuestros a nivel verbal, no verbal y a través del contacto, para sentirnos cerca.  

Ahora podemos tener esos reencuentros por navidad, con las precauciones necesarias. Podemos abrazarnos. Cuando lo hacemos sentimos el apoyo, la protección y la confianza del otro. Sentimos la felicidad y la seguridad necesarias porque nuestro organismo responde biológicamente eliminando tensión y reduciendo sentimientos negativos.

Incluso si en nuestros encuentros decidimos mantener la distancia física, sí que podemos “tocarnos” con las palabras, con la mirada directa sin pantallas de por medio. Podemos disfrutar de nuestra cercanía, de nuestro calor, y reencontrarnos en la alegría de lo que ahora sí podemos compartir: nuestra presencia.  

“Un día alguien te va a abrazar tan fuerte que todas tus partes rotas se juntarán de nuevo”. Alejandro Jodorowsky.

Volver a estar juntos. Reencuentros por Navidad.

Integra. Resuelve. Avanza.

 

 

 

Susana Cruz García
Psicóloga Sanitaria

Nº Col AN 04313

 

 

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