Las mujeres siempre han formado parte de la psicología, influyendo en su desarrollo. Han realizado importantes aportaciones incluso desde los inicios, cuando se les dificultaba el acceso a los estudios universitarios o al ámbito científico. Es por ello que para recordar su contribución vamos a repasar la figura de distintas mujeres que marcaron un hito en los comienzos de la psicología.
La psicología como ciencia comenzó en 1879 al crear Wilhelm Wundt el laboratorio de psicología experimental en la Universidad de Leipzig, Alemania. Esta rama de la psicología estaba dedicada al estudio del funcionamiento de los procesos mentales como la percepción o las sensaciones.
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Grandes mujeres de la psicología en sus inicios
Mary Whiton Calkins
Unos años después, las mujeres empezaron a formar parte también del ámbito académico e investigador de esta nueva ciencia, como fue el caso de Mary Whiton Calkins.
Mary se graduó con honores en filosofía, y posteriormente cursó psicología en Harvard, aunque dicha universidad se negó a reconocer su formación y su doctorado debido a su política de exclusión de las mujeres. A pesar de ello, ejerció como docente de filosofía y psicología en el Wellesley College, donde también fundó un laboratorio de psicología en 1891.
Realizó importantes aportaciones a la psicología experimental, argumentando que el estudio de la conciencia y los procesos mentales no se debía separar del estudio de la identidad, o Self. Defendía que la psicología no debía estudiar las experiencias como hechos aislados y ajenos a la persona, sino que había que centrarse en la misma persona y su relación con su entorno físico y social.
También apoyó la inclusión de la mujer en los estudios universitarios y la ciencia. Por último, en 1905 se convirtió en la primera mujer en presidir la Asociación Americana de Psicología (APA), y un año antes de su muerte se reconoció su labor como investigadora por la influencia de los estudios que llevó a cabo.
Margaret Floy Washburn
La siguiente mujer que dejó huella en la historia fue Margaret Floy Washburn, psicóloga experimental. Se formó en filosofía y ciencia, tras lo que cual se convirtió en estudiante del psicólogo Edward B. Titchener. En 1894 pasó a la historia por ser la primera mujer a la que se le reconoció un doctorado en Psicología. Además, en 1921 presidió la APA, siendo la segunda mujer en obtener dicho puesto. Realizó importantes aportaciones a la psicología experimental, centrándose en estudios acerca de la mente animal, y posteriormente sobre procesos mentales en humanos.
Gracias al prestigio de su actividad investigadora y profesional, entró en el ranking de los mejores 50 psicólogos de su generación en Estados Unidos.
Bertha Pappenheim
Aunque la psicología comenzó con la rama experimental, fue surgiendo una vertiente más introspectiva, centrada en la persona. De esta nueva visión surgió el psicoanálisis, y por lo tanto el uso de la “charla curativa” como forma de usar la psicología para el tratamiento de los trastornos mentales. La primera vez que se tiene constancia de su utilización fue por el doctor Joseph Breuer, compañero de Sigmund Freud, con su paciente Anna O., cuyo nombre real era Bertha Pappenheim.
Bertha era conocida por ser una mujer muy inteligente, imaginativa y soñadora. Acudió a consulta debido a que empezó a tener síntomas conversivos: parálisis del brazo y pierna derechos, dificultades al hablar, visión borrosa y pérdida de la conciencia, entre otros, lo cual en la época era catalogado como “histeria”. Breuer utilizó la hipnosis, y comenzó la “asociación libre”, es decir, alentarla a hablar sobre aquello que le llegase a la mente, dejando fluir sus pensamientos.
Descubrió así que había vivido una serie de eventos traumáticos o angustiosos, como el estar cuidando a su padre enfermo de tuberculosis, y que al revivirlos y expresarlos los síntomas mejoraban. Poco a poco se fue recuperando, y más tarde se convirtió en una figura importante del feminismo en Austria y Alemania, fundando la Liga de las Mujeres Judías en 1904.
Anna Freud
Gracias a este caso, Freud comenzó a utilizar la asociación libre, base del psicoanálisis. Además, se interesó en tratar a mujeres diagnosticadas con neurosis o histeria, y fue a partir de sus experiencias en consulta que continuó desarrollando el psicoanálisis y creando teorías acerca de la psique humana. Posteriormente, Anna Freud, psicóloga de la misma corriente e hija suya, continuó su legado.
Sin embargo, su visión era mucho más pragmática, centrándose en lo que nos ayuda a adaptarnos a las situaciones cotidianas. Por ello, profundizó en el estudio del ”yo” y en los mecanismos de defensa que utiliza para mantener a raya los deseos de obtener placer del “ello”, mientras intenta que las exigencias del “superyó” no deterioren la autoestima. Este enfoque sentó las bases de lo que se conocería como “psicología del yo”.
También se centró en el uso del psicoanálisis en la infancia, formando a psicoanalistas y educadores, ya que consideraba que era en esa etapa donde más útil podía resultar su práctica. Sus ideas acerca del desarrollo de la psique infantil y la forma de proceder para tratar a niños/as y adolescentes chocó con la visión de Melanie Klein, otra de las pocas mujeres psicoanalistas de Europa de principios del siglo XX.
Melanie Klein
Melanie Klein siempre había querido estudiar medicina, y gracias al apoyo de su hermano aprobó los exámenes de acceso. Sin embargo, al casarse tuvo que dejar a un lado sus aspiraciones, renunciando a cursar medicina. Debido al fallecimiento de sus familiares (entre ellos su hermano), un matrimonio infeliz, las tensiones que darían comienzo a la Primera Guerra Mundial y diversos episodios depresivos, recibió tratamiento psicoanalítico. A partir de su interés por comprender lo que le sucedía descubrió su vocación en el psicoanálisis.
Se especializó en el estudio y tratamiento de los niños y niñas, en especial en el desarrollo de su relación con las personas de su entorno (o de las “relaciones objetales”). Como en la infancia no se puede aplicar la asociación libre, debido a que la capacidad de expresión verbal no está suficientemente desarrollada, Melanie utilizó el juego simbólico como forma de comunicación, y por lo tanto de evaluación y trabajo.
Sus diferencias con Anna Freud llevó a que muchos psicoanalistas de la época se posicionasen de su lado, creando la escuela Kleniana dentro del psicoanálisis. Anna Freud y Melanie Klein crearon sus propias vertientes del psicoanálisis siguiendo los modelos propuestos por Freud. Sin embargo, surgió otra vertiente de desarrollo en el psicoanálisis que se posicionaba en contra de los postulados originales.
Karen Hourney
Esta corriente fue la Neofreudiana, creada por Karen Horney y Alfred Adler. Karen Horney estudió medicina, graduándose en 1913. Empezó a formarse en el psicoanálisis mientras se sometía a terapia tras la muerte de sus padres, aunque la abandonó porque su terapeuta creía que sus síntomas se debían a deseos incestuosos hacia su padre. Más tarde criticó la obsesión de los psicoanalistas por la sexualidad masculina y el pene, defendiendo que la “envidia del pene” de las mujeres no era por los genitales, sino por el rol social de los hombres, que además era determinado por la cultura y no tanto por lo biológico. Y añadió que los hombres también podían envidiar el rol de las mujeres. Sus aportaciones acerca de la psicología femenina la convirtieron en la primera psiquiatra feminista.
Defendía que la neurosis en las mujeres se debía a que en su infancia su familia no había podido ofrecerles un entorno seguro y afectuoso, por lo que crecían con sentimientos de aislamiento, hostilidad y desamparo, así como un “yo ideal” tan exigente que las hace sentirse menospreciadas. Desarrolló una teoría de la neurosis acerca de los modos en los que la personalidad se desarrolla según cómo trata la persona de buscar seguridad.
También escribió acerca de las dificultades de la maternidad y de las contradicciones de la monogamia.
Más tarde surgirían otras figuras femeninas que continuaron con el desarrollo de la psicología en sus distintas ramas, hasta el día de hoy. Y ello fue posible gracias a los avances sociales y al ejemplo que dieron estas primeras mujeres en la psicología, tanto psicólogas y como pacientes.
Irene Hernández Ponce
Psicóloga Sanitaria
Nº Colg. AN10617
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Fuentes: Bibliografía y webgrafía
https://teoriasysistemasweb.wordpress.com/wilhelm-maximilian-wundt/
https://psicologiaymente.com/psicologia/mujeres-esenciales-historia-psicologia
https://psicologiaymente.com/biografias/mary-whiton-calkins
https://psicologiaymente.com/biografias/margaret-floy-washburn
https://www.psicoactiva.com/blog/caso-anna-freud-origen-del-psicoanalisis/
https://historia.nationalgeographic.com.es/a/sigmund-freud-padre-psicoanalisis_14704
https://psicologiayempresa.com/sigmund-freud-y-el-origen-del-psicoanalisis.html
https://psicologiaymente.com/biografias/anna-freud
https://psicologiaymente.com/biografias/melanie-klein
https://psicologiaymente.com/clinica/teoria-psicoanalitica-melanie-klein