Mindfulness. Desconectar para volver a conectar.

En la entrada del blog de hoy vamos a teletransportaros a un estado de desconexión a través del Mindfulness. Porque en ocasiones debemos desconectar para volver a conectar.

Por todas las personas es conocido cómo la práctica de la meditación provoca grandes cambios a todos los niveles. Algunos ejemplos de ello son:

  • Mejora de la salud emocional.
  • Incremento de felicidad
  • Aumento de la conciencia personal.
  • Desarrolla la inteligencia emocional y la empatía.
  • Mejora la memoria.
  • Alivia el estrés, la ansiedad y la depresión.
  • Y muchos más.

Pero, qué es exactamente el Mindfulness:

Puede definirse como la capacidad de prestar, de manera consciente, atención plena a la experiencia del momento presente con interés, curiosidad y aceptación.

Realmente, no podríamos vivir sin esa capacidad de estar presentes, gracias a la cual podemos llevar a cabo las actividades básicas de nuestro día a día (por ejemplo, ir caminando hacia un lugar). Pero mientras realizamos esa atención al presente, nos vemos sumidos en innumerables pensamientos que están relacionados con situaciones de nuestro pasado y en anticipaciones o estrés cuando observamos o nos dirigimos al futuro.

Vivimos atrapados en nuestra mente. Por lo que en muchas ocasiones sentimos que no podemos desconectar del trabajo, de las preocupaciones sobre la salud, el dinero, la familia, etc. Incluso cuando estamos descansando, seguimos elaborando pensamientos sobre el pasado y el futuro que en ocasiones son difíciles de entender por nuestra parte consciente.

El Mindfulness permite reconocer lo que está sucediendo mientras está sucediendo, aceptando activamente el fluir de la experiencia tal cual se está dando. 

Cuando vivimos experiencias agradables en nuestro día a día, a menudo pasan desapercibidas debido a las dificultades que tenemos para prestar atención consciente. Esto se debe a lo sumergidos que estamos en nuestra mente.

Igualmente, cuando experimentamos algo desagradable podremos ahorrarnos el sufrimiento añadido de tener que lograr que aquello desagradable desaparezca, pudiendo quedarnos solo con lo que experimentamos sin agregar nada más. Todo ello con la práctica de Mindfulness se consigue.

El origen y la evolución del Mindfulness.

Aunque comúnmente se asocia Mindfulness con el budismo, muchas de las tradiciones religiosas del mundo también la utilizan, pues es una capacidad básica y humana de conexión con el presente.

Durante los últimos 30 años, la práctica de Mindfulness o Atención Plena está integrándose en la Medicina y Psicología de Occidente ya que, tras ser estudiado científicamente, ha sido reconocido y aplicado como una manera efectiva de reducir los síntomas físicos y psicológicos asociados al estrés, aumentar la autoconciencia y reducir y mejorar el bienestar general.

Atención Plena significa prestar atención de manera consciente a la experiencia del momento presente con interés, curiosidad y aceptación. Jon Kabat-Zinn, conocido referente mundial de Mindfulness por haber introducido esta práctica dentro del modelo médico de occidente hace más de 30 años, fundó la Clínica de Reducción de Estrés en el Centro Médico de la Universidad de Massachusetts. Allí introdujo a los pacientes a esta práctica para el tratamiento de problemas físicos y psicológicos, dolor crónico, y otros síntomas asociados al estrés.

“Prestar atención de manera intencional al momento presente, sin juzgar”. Jon Kabat-Zinn

Desconectar para volver a conectar.

Este tipo de atención nos permite aprender a relacionarnos de forma directa con aquello que está ocurriendo en nuestra vida, aquí y ahora, en el momento presente. Es una forma de tomar conciencia de nuestra realidad, dándonos la oportunidad de trabajar conscientemente con nuestro estrés, dolor, enfermedad, pérdida o con los desafíos de nuestra vida. En contraposición, una vida en la que no ponemos atención, en la que nos encontramos más preocupados por lo que ocurrió o por lo que aún no ha ocurrido, nos conduce al descuido, el olvido y al aislamiento, reaccionando de manera automática y desadaptativa.

La atención plena nos ayuda a recuperar nuestro equilibrio interno, atendiendo de forma integral a los aspectos de la persona: cuerpo, mente y espíritu. 

Practicando la atención plena desarrollamos una mayor capacidad de discernimiento y de compasión. La práctica de esta atención abre la puerta hacia nuevas posibilidades, nos trae al aquí y al ahora, y nos invita a vivir una vida de manera plena en el presente.

Para ello, un primer paso es poder tomar consciencia de que los problemas no existen fuera, sino que están en nuestro interior y es ahí donde tenemos que poder mirar para poner fin a tanto miedo, ansiedad y negatividad. Con su práctica, poco a poco conseguiremos desengancharnos de esa mente secuestrada por la negatividad, de esa mente preocupada, dudosa, esa mente miedosa, resentida…

Meditar a diario es fundamental para evitar que la mente se quede enganchada a los problemas. El motivo es que, aunque las circunstancias externas no cambien, sí lo hace la forma en que esas circunstancias nos afectan. Por lo que con la práctica diaria de la meditación conseguimos que la mente conecte con el aquí y con el ahora a través de los sentidos, dejando de estar atrapada en la línea del tiempo con cosas que ya pasaron o con anticipaciones ansiosas de cosas que podrían pasar y que me preocupan o atormentan. 

De esta forma, la Meditación regula el sistema nervioso y reprograma la mente haciendo un “reseteo” mental de programas mentales inadecuados logrando que, cuando la mente está atrapada en esa línea del tiempo (pasado-futuro), se active el sistema de protección ante la amenaza (la mente no sabe diferenciar entre las cosas que te suceden y las cosas que piensas… para tu cerebro todo es información). Así pues, es indiferente el hecho de si lo que pienso es real o es algo que yo imagino fruto de mi propia historia personal. Cuando esa protección ante la amenaza está activa se producen cambios en nuestro organismo que hacen que el sistema de alarma ante el peligro esté alerta, y a la vez todo ello imposibilita activar el crecimiento personal.

Independiente de que en tu entorno no pase nada peligroso, en tu cabeza si está sucediendo y eso si es real para tu cerebro.

La Meditación Mindfulness entrena a tu cerebro para salir de ese laberinto de negatividad y lo hace de forma eficaz y sencilla, recuperando tu atención y con ello pudiendo cortar la cadena de pensamientos negativos, recibiendo así tu cerebro nueva información que le hace saber que ya no está en peligro y que, consecuentemente, no tiene que protegerse de nada. 

De esta forma se consigue restabler todas las funciones del organismo, desactivando el estrés y la ansiedad e incrementando la consciencia de tus patrones inadecuados de funcionamiento diario.

Esta práctica es un entrenamiento y, cómo cualquier entrenamiento, necesita práctica diaria que nos ayudará a poder desconectar para volver a conectar.

Integra. Resuelve. Avanza.

 

Laura Gómez Garrido

Psicóloga Sanitaria

NºCol: AN 06302

Fundadora del Instituto de Hipnosis y Psicología

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