¿Cuándo es un problema la autoexigencia?

Cada vez nos llegan más casos a consulta de personas con estrés y ansiedad, con síntomas de autoexigencia elevada. De hecho, esto podría considerarse «positivo´´ ya que es una consecuencia directa de la toma de conciencia social respecto a la psicología. Entre los temas a debatir que podemos ver por redes sociales o en las sobremesas conviven términos como multitasking, red flag, ghosting, etc. Provocando un interés y una preocupación por la salud mental y el bienestar de una forma más generaliza sobre todo en las generaciones más jóvenes.

Contenidos

1 Pero, ¿qué es realmente la autoexigencia?
2 ¿Cuándo pasa la autoexigencia a ser un problema?
3 Síntomas autoexigencia excesiva.
4 Consecuencias y su tratamiento tratamiento.
5 Fuentes. Bibliografia y webgrafia

Pero, ¿qué es realmente la autoexigencia?

En muchas ocasiones, las personas autoexigentes conviven con este tipo de comportamientos desde la infancia, tomándolo como referencia de su educación o entorno y desarrollándolo hasta la adultez.

La autoexigencia es una característica de la personalidad, basada en una serie de comportamientos estandarizados impuestos a nosotros mismos. Este comportamiento es adaptativo y funcional cuado responde a nuestras capacidades, conocimientos y se ajusta a nuestras circunstancias.

De hecho, la autoexigencia es una característica bien considerada dentro de nuestra sociedad, debido a que esta asociada al éxito, a la constancia y la persistencia… Este tipo de personalidad es muy importante para desarrollarnos personalmente, nos ayuda a superarnos, mejorar, autocriticarnos, crecer, y ser nuestra mejor versión.

¿Cuándo pasa la autoexigencia a ser un problema?

¿Lista de tarear interminable? ¿Culpabilidad por no terminar de hacer todo? ¿Incomodidad al no hacer nada? ¿Demasiada autocrítica? ¿Nunca es suficiente? ¿Fracasar es no conseguir objetivos? ¿Procrastinar? ¿Es difícil tomar deciciones?

Cuando estas preguntas suenan en nuestra cabeza, es que podemos sufrimos autoexigencia excesiva, como consecuencia del perfeccionismo. La autoexigencia elevada es un rasgo de la personalidad, al igual que la autoexigencia, sin embargo, aunque no se considere un trastorno mental, puede llegar a producirnos mucho malestar.

Síntomas autoexigencia excesiva.

Desconocer nuestros propios límites.
Autoimponernos objetivos que sean muy elevados o inalcanzables.
Convertir retos en nuestras obligaciones.
Tener comportamientos guiados por una rígida autodisciplina, con excesiva previsión y planificación.
Sentir culpabilidad de forma habitual por no terminar nuestras obligaciones.
Esforzarnos enormemente por conseguir nuestras metas a pesar del sufrimiento que nos genere.
Tener dificultad para delegar tareas.
Tener miedo al fracaso.
Tener necesidad de reconocimiento.
Sentir auto valía dependiendo de nuestros resultados obtenidos.
Focalizamos en los aspectos negativos de nuestra conducta.
Tenemos una elevada autocrítica.
Pensamos de una manera dicotómica: las cosas están bien o mal, no hay término medio.
Sentimos mucha frustración.
Sentimos insatisfacción de forma constante.

Consecuencias y su tratamiento tratamiento.

Debemos saber que este patrón de comportamiento es aprendido, y por tanto, podemos cambiarlo y mejorar nuestra calidad de vida y malestar.

Las consecuencias son: autoestima frágil y cambiante, constante rumiación excesiva, agotamiento psicológico como el estrés, ansiedad o depresión, somatizaciones frecuentes (contracturales musculares, migrañas, trastornos gastrointestinales, fibromialgia, etc) o miedo al fracaso que puede llegar a conducirnos a la procrastinación.

¿Cómo podemos trabajar en nuestra autoexigencia excesiva? Para ello, debemos identificar las áreas de nuestra vida en las que mostramos una elevada autoexigencia, construir una sana autoestima, aprender a reforzarnos, relacionarnos de manera asertiva, gestionar nuestras emociones, destinarnos tiempo, trabajar en nuestra forma de enfocar nuestros pensamientos y ser capaces de decir no.

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