Qué es el FOMO o el Síndrome de sentir que nos perdemos algo

¿Qué es FOMO?

F.O.M.O. (fear or missing out) son las siglas que dan nombre al miedo a perderse algo. En 1996, el investigador en estrategias de marketing, Dan Herman, observó el fenómeno por primera vez, mientras realizaba una investigación sobre hábitos de consumo. En dicha investigación, la mayoría de personas consumidoras que fueron entrevistadas, expresaban miedo a perder oportunidades en productos o de ofertas, así como la necesidad de ir a los sitios de nueva apertura o a los eventos especiales. De alguna forma, expresaban la necesidad de estar y tener lo que sentían que tenía todo el mundo. Este fenómeno que comenzó como un hábito de consumo, se fue extendiendo hasta convertirse en una característica sociocultural que se ha visto muy incrementada por el uso de las redes sociales. 

Hoy en día, este fenómeno ha calado especialmente en la juventud, que manifiesta ansiedad o malestar ante la posibilidad de perderse algo, ya sea un evento, un concierto, una oferta, así como no escoger acertadamente entre las opciones que se le planteen. Debido a su prevalencia, que se estima aproximadamente en un 40% de la población joven, se le ha categorizado como un tipo de ansiedad social. 

El síndrome FOMO se trata actualmente como una patología cuyos síntomas son principalmente el malestar ante la posibilidad de estar perdiéndome algo y de sentir que mi elección no es nunca la correcta. La persona afectada siente una profunda preocupación por si se ha equivocado a la hora de elegir lo que iba a hacer, siente inquietud, problemas de concentración y una necesidad imperiosa de revisar las redes sociales con el fin de descubrir qué están haciendo los demás a cada instante. En este sentido, la hiperconexión es un catalizador de este fenómeno. Las redes sociales son una ventana a la vida del resto de vidas que vemos de forma sesgada y filtrada por el propio usuario, para que se presenten de la forma más deseable posible. Esto hace que los demás utilicen esta realidad alterada como medidor de su propia realidad, donde claramente, van a salir perdiendo. Esta comparativa constante genera frustración, tristeza y sensación de fracaso, que se manifiestan a través de un estrés centrado en nunca perderse el mejor plan y estar constantemente buscándolo, sin nunca encontrarlo. 

La sobreexposición de las redes sociales y la inmediatez de internet ha propiciado que este miedo y este malestar no solo se encuentre ante la posibilidad de perderse eventos sociales, sino también ante un nuevo objeto, una nueva película o un nuevo libro. En definitiva, estar siempre lo más al día posible y nunca quedarse atrás. Por motivos evidentes, esta necesidad, es una fuente inagotable de malestar, dado que la rapidez con la que avanza el mundo hace imposible que estemos completamente actualizados. 

El síndrome FOMO es una percepción profunda de que el resto de personas podrían estar viviendo experiencias satisfactorias en las que te se siente excluido. Entre las características de este síndrome, se incluye un estado de angustia causado por pensamientos compulsivos relacionados con la posibilidad de perderme cualquier interacción social, incluida la conexión en las redes sociales, como puede ser perderme un directo o un mensaje de un grupo de WhatsApp. Es por ello, que existe una gran dependencia de las tecnologías cuando existe este síndrome. De alguna forma, internet es el canal por el que se canaliza esta percepción de la realidad. Por ello, la complejidad de esta patología es mayor de lo que parece y puede verse reflejada en muchas funcionalidades de la vida diaria de una persona. 

Para evitar caer en el síndrome FOMO, es importante trabajar el ser y estar y tratar de centrar nuestra atención en el momento presente. Actividades como la meditación, el deporte o actividades relacionadas con la desconexión de las tecnologías favorecerá la atención plena y nos ayudará a disfrutar del momento actual. Es importante planificar nuestra rutina y centrarnos en los pequeños objetivos que nos vamos poniendo conforme a nuestras expectativas, así como trabajar la autocompasión y darnos el espacio que necesitamos para encontrarnos a nosotros mismos. 

La terapia no solo nos ayuda y nos acompaña en un proceso terapéutico, sino que forma parte de ese gran plan de cuidarse a uno mismo y darse el tiempo que necesitamos. 

Te ayudamos a vivir en equilibrio.

Cristina Fiestas Díaz

Psicóloga Sanitaria

Nº Col: AN10861

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2023-04-20T14:49:59+02:00